Carta abierta a mi padre adicto a la pornografía

Querido papá,

Quiero que sepas antes que nada que te amo y te perdono por lo que esto hecho en mi vida. También quiero que sepas exactamente lo que tu adicción a la pornografía le ha hecho a mi vida. Pensarás que solamente te afecta a ti, o quizás tu relación con mi mamá. Sin embargo, ha tenido un profundo impacto en mí y en mis hermanos.

Encontré tus videos pornográficos en la computadora cuando tenía unos 12 años, justo cuando empezaba a convertirme en mujer. Antes que nada, me pareció muy hipócrita de tu parte pretender enseñarme el valor de las cosas que dejaba entrar en mi mente en relación a las películas cuando ahí estabas tú continuamente entreteniendo tu mente con este tipo de basura. Tus sermones acerca de ser cuidadosa con lo que veía no significaban nada para mí.

A causa de la pornografía, me percaté que mi mamá no era la única mujer a la que mirabas.  Me volví muy perspicaz y me daba cuenta de tu mirada lujuriosa cuando saliamos. Esto me enseñó que todos los hombres tienen miradas lujuriosas y que no se puede confiar en ellos. Aprendí a desconfiar y a despreciar a los hombres por el modo tan denigrante en que miran a las mujeres.

Con respecto a la modestia, tú intentabas hablar conmigo sobre el efecto que genera en otras personas mi modo de vestir y cómo debería valorarme por lo que soy interiormente. Tus acciones, sin embargo, me enseñaron que la única manera de ser verdaderamente hermosa y aceptada era si me parecía a esas mujeres de las portadas de revistas de moda o pornográficas. Tus conversaciones conmigo no significaban nada, de hecho, me hacían enojar.

Cuando crecí, la cultura en la que vivimos reforzó este mensaje. La belleza es algo que puede alcanzarse si logras parecerte a “ellas”. También aprendí a desconfiar cada vez porque lo que me decías no era congruente con lo que hacías.  Me preguntaba cada vez más si algún día encontraría algún hombre que me aceptara y me amara por lo que soy y no solo por ser una cara bonita.

Cuando invitaba a mis amigas a la casa me preguntaba como las veías. ¿Las veías como mis amigas? O ¿Las veías como una cara bonita de una de tus fantasías?. Ninguna niña debe nunca preguntarse estas cosas del hombre que se supone debe protegerla a ella y a las otras mujeres.

Conocí a un hombre. Una de las primeras cosas que le pregunté fue si tenía adicción a la pornografía. Estoy muy agradecida a Dios de que esta adicción no había entrado a su vida. Seguimos teniendo problemas a consecuencia de la desconfianza tan profunda que mi corazón tiene por los hombres. Sí, tu adicción a la pornografía ha afectado mi relación con mi esposo.

Si pudiera decirte algo sería: La pornografía no solamente afecta tu vida, afectó la vida de todos los que te rodean de forma que ni siquiera te das cuenta. Hoy en día me sigue afectando a mí cuando me doy cuenta del impacto que tiene en nuestra sociedad. Me aterra el día en que tenga que hablar con mi hijo pequeño sobre la pornografía y sus efectos nocivos. Cuando le diga como la pornografía, como la mayoría de los pecados, no solo nos afecta a nosotros sino a otras personas.

Como ya te lo dije te he perdonado. Estoy muy agradecida del trabajo que Dios ha hecho en mi vida en esta área. En esta área en la que aún sigo batallando de vez en cuando, pero estoy agradecida por la gracia que me da Dios y por mi esposo. Rezo por que hayas superado esta adicción y para que los muchos hombres que también la sufren abran sus ojos.

Con amor, tu hija

* Firmado anónimamente por la naturaleza del tema

Originalmente publicado en: http://thinktheology.org/2014/11/03/open-letter-dad-porn/

Traducida por Forever 31

Leave a comment

A WordPress.com Website.

Up ↑